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Zarigüeyas: mitos y verdades sobre estos animales

Zarigüeyas: mitos y verdades sobre estos animales

Por Manuela Herrera

Si bien estos marsupiales suelen tener mala prensa, en realidad tienen un rol positivo para nuestro planeta: lo mantienen limpio y ayudan a controlar plagas. Te contamos por qué.

Viviendo en zona norte no resulta algo extraño cruzarse con zarigüeyas o comadrejas. Circulando por las calles, en el fondo de algún hogar o simplemente en zonas descampadas cercanas al río, principalmente de noche, sabemos que estos animales pueden hacerse presentes. Sin embargo, muchos sienten miedo o aprehensión hacia ellos. Vamos a intentar desarmar aquellas construcciones infundadas que hacen que tantos se sientan asustados frente a estos seres inofensivos que habitan en nuestra zona.

Cuestión 1: ¿comadrejas o zarigüeyas?

Si bien generalmente se las denomina comadrejas, comadrejas argentinas o comadrejas overas, resulta más adecuado llamarlas zarigüeyas. Las verdaderas comadrejas en realidad pertenecen a la familia de los mustélidos, sólo viven en Europa y Norteamérica y sí tienen hábitos cazadores. Las zarigüeyas pertenecen a la familia Didelphidae, son un tipo de marsupial y son omnívoras. Esto quiere decir que, a pesar de que suelen verse asociadas con las ratas, están más emparentadas con los canguros que con algún tipo de roedor. El nombre zarigüeya proviene del tupí “sari’ wé”.

Cuestión 2: ¿transmiten enfermedades o generan algún tipo de plaga?

Todo lo contrario: las zarigüeyas ayudan a controlar las plagas. Al ser omnívoras se alimentan de especies que pueden resultar nocivas para las personas, como es el caso de algunos insectos. Su dieta consiste principalmente en cucarachas, arañas y alacranes.

Por otro lado, no son vectores de ninguna enfermad ya que como su temperatura corporal es de 32°C no pueden transmitir virus como el de la rabia o el de la leptospirosis. Tampoco generan mal olor, a excepción de cuando “se hacen las muertas”, lo cual realizan solo eventualmente ya que es su estrategia para escapar al peligro.

Además, las zarigüeyas son animales solitarios y territoriales; ni siquiera viven en pareja. Sólo se ven en grupo cuando se trata de una madre junto a sus crías. Por lo tanto, ver una zarigüeya no significa que el lugar vaya a poblarse de este tipo de marsupiales.

Cuestión 3: ¿por qué hay tantas en la Zona Norte?

Si bien algunos piensan que puede tratarse de una invasión ya que muchos vecinos dicen haber visto gran cantidad de zarigüeyas en el último tiempo, la realidad es que estos animales habitan en la zona desde incluso antes que nosotros. El motivo es muy concreto: se trata de áreas con muchos árboles -sobre todo, árboles antiguos y de gran tamaño- y las zarigüeyas suelen vivir en sus huecos.

En San Isidro las zarigüeyas se encuentran resguardadas por una ordenanza municipal que protege a la fauna silvestre.

Cuestión 4: ¿Qué hacer si aparece una?

Las zarigüeyas no suelen ingresar a los hogares, sino que prefieren estar en los jardines o espacios abiertos. Generalmente tratan de evitar el contacto con los humanos. Lo recomendable al divisar una es no hacer nada: simplemente dejarla seguir su camino sin intervenir, ya que no son agresivas -salvo que se sientan atacadas- y, como ya explicamos, no son en absoluto nocivas para humanos o mascotas.

En caso de encontrar una dentro de una casa o espacio cerrado sí se puede optar por contactarse con la respectiva área de conservación o ambiente municipal para que la trasladen al exterior. Por lo general se las deja en el mismo espacio, ya que tienden a ser apegadas a un determinado lugar.

Como consejo para evitar atraer a las zarigüeyas, se recomienda no dejar comida afuera.


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