by Valentina Frare | 14 septiembre, 2023 7:20 am
Por Valentina Frare
La recuperación y restauración del Palacio Belgrano-Otamendi es un sueño cumplido para nuestra ciudad; construido a finales del siglo XIX es parte de la identidad y un emblema para San Fernando. Desde San Fernando Nuestro recorrimos sus instalaciones junto a Marilda, guía de turismo municipal, quien nos detalló los principales hitos históricos de la casona.
El nombre
El nombre del Palacio está confirmado por las dos reconocidas familias que habitaron la casona. En un primer momento, Joaquín Mariano Belgrano le coloca el nombre de “Villa María” en honor a su madre María de la Paz Villarino.
Joaquín Belgrano desciende de dos familias muy importantes; los Villarino y los Belgrano. De esta última se destaca por ser sobrino bisnieto de Carlos Belgrano, comandante militar administrativo en San Fernando de la Buena Vista y uno de los creadores del canal de San Fernando y de Manuel Belgrano, el prócer. A su vez, Joaquín, se casa con Josefina Rawson quien también desciende de una importante familia argentina y tienen 7 hijos.
El Palacio perteneció a la familia Belgrano-Rawson, desde 1879 hasta 1903 cuando es adquirido por la familia Otamendi que en la década de 1930, tras la prematura muerte de la única hija del matrimonio, decide donar la propiedad a la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires y se transforma en un hogar de niñas.
La arquitectura
El palacio fue mandado a construir por Joaquin Belgrano y presenta una combinación de estilos arquitectónicos entre los que se encuentran el Renacentista, Neogótico alemán y Finisecular.
Habitaciones
[1]Por el portón de la calle Sarmiento se ingresa al hall principal. El mismo tiene la mayor parte de los cerámicos originales, venecitas italianas, aunque se pueden observar algunas réplicas con un color más oscuro. Sobre la pared, se encuentra una obra de arte que le regala Joaquín Belgrano a su esposa Josefina para que pudiera observar uno de sus paisajes preferidos de Países Bajos, la misma es de color blanco y azul; y tiene alrededor de 32 piezas.
El techo de la habitación fue totalmente restaurado. Allí se destaca la presencia de una araña, donada por Diego Pellegrini, un descendiente de los Pellegrini que al enterarse de la causa de la restauración del palacio donó la luminaria.
Una de las puertas del hall nos conduce al salón histórico que contiene gran variedad de imágenes de la familia Belgrano, ya que uno de los pasatiempos de Joaquin era la fotografía. Dichos registros, además de contribuir a la construcción histórica de la casona, ayudaron a los arquitectos en la restauración. Asimismo, en dicha sala se encuentran piezas, objetos o pedazos de azulejos de todo el palacio.
[2]En otro de los salones que se desprenden del hall principal encontramos el espacio que los Belgrano utilizaban de comedor. En el mismo, se ubican unos vitrales franceses con los escudos familiares. Estos escudos tienen representaciones: la flor de lis, que representa la nobleza y el honor; las hojas de acanto que simbolizan la eternidad; y en la parte inferior las espigas porque la familia Belgrano es descendiente de agricultores provenientes de un pueblo cerca de Génova, Italia; donde hasta el día de la fecha se celebra el día de los Belgrano y el día de la bandera argentina.
Después de la estancia de la familia Belgrano Otamendi, el palacio funcionó como asilo bajo el nombre de Estela Matilde Otamendi, en honor a la hija de Rómulo Otamendi que había fallecido muy joven de tuberculosis. Este asilo, transforma el comedor en una capilla.
[3]La biblioteca, ubicada en el segundo piso, funcionaba como oficina y biblioteca de Belgrano que supo tener alrededor de 5.000 libros de arquitectura y de arte. Desafortunadamente, solo se pudo recuperar un pequeño sector de la misma.
El piso más alto del Palacio es sin dudas el que mas se deterioró a causa de los incendios en el lugar, por lo que tuvo que ser reconstruido casi totalmente. Actualmente, funciona un espacio de muestra artística dedicada al palacio y se llevan adelante eventos culturales.
Una escalera caracol conduce hacia la torre del palacio. Una vez arriba, nos encontramos con cuatro puertas que apuntan a los cuatro puntos cardinales, desde allí se pueden observar los puntos más icónicos de nuestra ciudad.
El edificio histórico ubicado en Sarmiento 1401 recibe a vecinos, vecinas y turistas que deseen conocer cómo lucen las instalaciones restauradas de forma libre y gratuita. Todos los interesados pueden acercarse sin necesidad de reserva hasta el 28 de julio, de lunes a domingo, en los horarios disponibles: 10, 11, 12, 18 y 19 horas.
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