Salvajes

by Sabrina Garcia | 4 septiembre, 2015 1:35 am

Hugo Russo[1]


Por Hugo Russo*

Es increíble y lamentable que los supuestamente países del primer mundo miren para otro lado cuando se trata de crisis humanitaria como la acontecida en los últimos años en el mar mediterráneo. Recientemente el primer ministro italiano, Matteo Renzi, propuso una solución militar a la crisis de los migrantes africanos. Bajo la excusa de atacar a los traficantes de seres humanos, antes de que zarpen de los diferentes puertos norafricanos, se intenta una vez más responder sobre las consecuencias y nunca sobre las causas que originaron tales migraciones.

El primer mundo se jacta se culto, de noble, de instruido y de democrático, pero se olvidan que ellos mismos son los hacedores de esta crisis con sus políticas invasivas, violentas, saqueadoras y salvajes. No nos olvidamos que europeos también fueron Nerón, Calígula, Napoleón, Franco, Mussolini, Stalin, Hitler, Ceausesco, entre tantos otros, quiénes gobernaron no solo sus países sino que tuvieron enorme injerencia internacional. Ellos no solo atacaron a sus países europeos sino que también llevaron a cabo la persecución y aniquilamiento de sus propios compatriotas por diversas razones, como en la misma Alemania nazi o en Bosnia, o en Serbia. Si estaban dispuestos a todo con sus congéneres, también lo iban a hacer con los demás países fuera del continente.

No había sido conocida la barbarie como tal en el mundo, hasta que irrumpió en la historia el Imperio Romano con su política expansiva imperial a través de los saqueos, las violaciones, el robo, la tortura, la esclavitud y el exterminio de poblaciones enteras; sin embargo cayeron por culpa de los Barbaros, ellos que eran los cultos e instruidos. Hoy existen cientos de museos en toda Europa, en donde pueden verse de todo y para todo. Reliquias de nuestra américa robadas por los españoles, momias egipcias secuestradas por Napoleón, miles de esculturas arqueológicas incautadas durante las cruzadas en la edad media y la lista sigue y sigue.

Cuando mandan a Marco Polo en busca de especias a medio oriente, ya no quisieron comerciar con los productores de las mismas y declararon la guerra para invadirlos y saquearlos. Pasará lo mismo varios siglos después con los países productores de petróleo. En nombre de la fe y de Dios, no del nuestro, se cometieron los más terribles vejámenes conocidos. Dios seguramente no estaba de acuerdo con ello por lo que suponemos que estos personajes por estas horas están en una enorme caldera bien adentro en el Averno. Lo mismo hicieron luego en nuestra América, bajo pretexto de la evangelización.

Son europeos, mujeres y hombres finos, con un gran alto grado de cultura, con ropa elegante y apellidos de alto linaje con escudo familiar propio, pero vivieron siempre del robo y la rapiña de los pueblos libres de todo el mundo. En nuestro continente vaciaron las canteras de oro y plata. Como los pueblos originarios no podían ser esclavizados, se encargaron de traer esclavos desde Áfríca, para llevarse todo. Luego vinieron por las cosechas, los animales y lo que “haiga”, como dirían nuestros gauchos. Lo hicieron también en Asia hasta que descubrieron Áfríca.

En Latinoamérica lograron el desastre jamás conocido. Los europeos invaden lo que hoy es Haití, país que ya existía y no fue descubierto por nadie, y luego se generan varias luchas para su dominación entre portugueses franceses e ingleses. Exterminaron a su población originaria llenándola luego de esclavos africanos. Cuando la riqueza se acabó la abandonaron a su suerte. Haití no habla inglés como los países del norte ni es pañol como los países de Centroamérica o del sur. Haití no tiene rasgos americanos, sino que su pueblo es netamente descendiente de africanos que hablan el idioma francés. Haití es el país más pobre de toda América y uno de los más pobres del mundo, producto de la desidia europea, que de vez en vez manda alguna que otra ayuda, quizás para lavar sus culpas.

Los antropólogos han demostrado que todos los seres humanos del mundo, cualquiera fuere su raza, descendemos de una misma Eva la cual es negra y vivía en África hace miles de años. El espíritu aventurero del ser humano y las malas condiciones climáticas para la vida, hizo que emigráramos hacia varios destinos. Así surgieron todas las comunidades y razas a lo largo de la historia. Sin embargo, la raza negra es considerada menor y fue esclavizada hasta no hace muchos años, siendo que en EEUU, Sud Áfríca y Australia hasta hace solo una veintena de años existían ciudadanos de primera o de segunda, dependiendo de tu color de piel, situación que persiste en estos días bajo un maquillado sistema legal de libertad.

Arrancados de sus pueblos, millones fueron esclavizados y diseminados por todo el mundo. Para trabajar en minas de carbón, en cosechas de café, algodón, instalaciones de vías férreas, o servir a los grandes señores del nuevo mundo en sus casas, en sus fábricas, en sus plantaciones o en sus camas. Luego fueron por los rubíes, las esmeraldas, la plata, el manganeso, el cobalto, el hierro y todo lo necesario para que el primer mundo evolucione y triunfe. Se colonizaron dichos países hasta vaciarlos. Durante la segunda guerra mundial se peleó en el continente negro, por las rutas estratégicas del mercado económico. Acabada la misma, y estando el continente prácticamente seco, los europeos se ocuparon de la descolonización del mismo dejando en muchos casos títeres a cargo de sus seudos gobiernos para seguir saqueando, pero ya en forma menos evidente: Inventaron revoluciones y contra revoluciones para vender armas a los tiranos que aniquilan a sus vecinos que pelean con lanzas y escudos. Luego desembarca el FMI para decirles que hacer y como hacer para salvar el país, mientras los buitres se comen a los cadáveres y los fondos buitres se llevan lo último que queda.

Fueron por el marfil, los cuernos de los rinocerontes, las pieles de los cocodrilos, dejando un puñado de animales a modo de reserva para ir de vez en cuando de vacaciones y de cacería con toda la familia. Cada tanto organizan un cocktail, bancados por alguna ong, monitoreado por la ONU, para ir en misiones humanitarias a Liberia o a Etiopía y así poder sacar una foto de un niño con un vientre hinchado, por la desnutrición, al lado de una bellísima rubia europea que calmará sus culpas infernales al llevar algunos bidones de agua potable para los pobres.

También vale decir que tienen en Suiza el sistema bancario más corrupto del mundo, el que se encarga de guardar todo tipo de dinero sin preguntar de donde viene ni como viene, porque inventaron el secreto bancario. Eso también está en Europa, como estuvo el muro de Berlín para separar dos ciudades, o los hornos de aniquilamiento de millones de judíos, o los campos de concentración de la bellísima y moderna Europa.

Nuestra América los acogió siempre. En cada oleada migrante venían escapando de las peores atrocidades jamás conocidas. Este país es producto de ello. Eslovacos, irlandeses, croatas, ucranianos, húngaros, polacos, rusos, alemanes, españoles e italianos vinieron solo con lo puesto y los piojos a cuesta. Nadie les preguntó nada, incluso en la última gran migración el gobierno de Perón pagaba hasta los pasajes para que pudieran venir. Parece que sus descendientes en europa se olvidaron de ello. Claro, me olvidaba, todavía existen reyes y reinas que gobiernan a su antojo varios países de la modernidad blanca. El capital no tiene fronteras, dicen, pero parece que los pobres si. Cuando el capital florecía, producto del saqueo, abrieron las puertas de europa para que latinoamericanos, asiáticos y africanos hagan el trabajo que ellos se negaban a hacer. El capital hoy los traicionó nuevamente dejando a millones en la calle y en la ruina, (eso que tratan de esconder por los grandes medios masivos de comunicación), demostrando una vez mas que existen países de primera y de cuarta categoría al igual que su población, atento a que el capital está salvando solamente al sistema financiero y no a su población, en la que algunos ingenuos creían que pertenecían al primer mundo. Así y todo, millones de Africanos quieren ingresar a Europa, (imaginemos como están viviendo en sus países entonces), pero son señalados como parte del problema de la falta de trabajo de millones de europeos y para ello habrá que cerrarles las puertas, ignorarlos, o simplemente aniquilarlos.

Nadie emigra cuando está bien, todos lo hacen en busca de un futuro prometedor. A África la han descuartizado en mil pedazos. Las migraciones recientes lo son en busca de un futuro mejor. Lo son en busca de trabajo, educación y simplemente de una oportunidad. Es muy loco lo que pasa. Los robaron hasta dejarlos sin casi nada y es lógico que la gente huya de esos lugares como lo hicieron quiénes vinieron acá; Pero Europa te cierra las puertas. No solo no ayuda a esos países para que progresen, crezcan, vivan en paz, tengan trabajo y vivan mancomunadamente con el resto del mundo, sino que los dejan morir de hambre abrumados por todo tipo de enfermedades. Ahí no va la ONU, ni ninguna misión de paz. Claro está, si ya no hay nada que saquear.

Son apocalípticas las imágenes de miles de niños, mujeres y hombres tratando de cruzar en precarias embarcaciones o a nado el mar y pereciendo en su intento. Lamentablemente esto recién comienza y de no tomarse medidas serias y de fondo las cosas seguramente van a empeorar.

Ante ello, es lamentable el proceder de los líderes del primer mundo cuando la única idea que se les cae como respuesta a esta crisis humanitaria es la militar.

Si eso es el primer mundo, prefiero seguir viviendo en el tercero.

* Secretario General de la CTA de la región Zona Norte

Endnotes:
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