¿Por qué es importante el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos?

Por Proyecto Pantano*

Es frecuente escuchar comentarios sobre el rol “más bien secundario” que “siempre tuvo” la Reserva Otamendi (hoy Parque Nacional Ciervo de los Pantanos) para conservar a este ciervo. Van aquí algunas precisiones al respecto.

En la década del 90 era muy difícil ver un ciervo de los pantanos dentro de la Reserva Otamendi o alrededores (una compilación de registros figura en Haene, E. y J. A. Pereira (Editores). 2003. Fauna de Otamendi. Inventario de los Vertebrados de la Reserva Natural Otamendi, Pdo. de Campana, Buenos Aires, Argentina. Temas de Naturaleza y Conservación N° 3: 1-192, Aves Argentinas/AOP, Buenos Aires). Con el correr del tiempo esto comenzó a cambiar, en base a ciervos que llegaron a la zona corridos por las inundaciones extraordinarias delta adentro o simplemente por movimientos de exploración. Desde hace ya varios años que existen individuos residentes dentro de la unidad protegida, y además sus rastros son ya una presencia continua según atestiguan los guardaparques del área. Por otro lado, y según pudimos corroborarlo desde Proyecto Pantano en base a animales marcados con collares satelitales, también existen varios ciervos que van y vienen al área desde el Paraje Los Ciervos (campos forestales sobre el Paraná de las Palmas que no forman parte del área protegida y que le dan a la unidad esa forma de herradura). Asimismo, la Reserva Río Lujan que se sumó ahora al parque también alberga individuos residentes, y pudimos constatar allí incluso hembras con cría. En conjunto, estas evidencias indican que la población residente dentro del flamente parque nacional es importante.

Este panorama sobre la especie dentro del área es muy distinto del que existía hace una década o más. Sin embargo, el ciervo es aún difícil de observar allí porque la caza continúa siendo un problema en la región que hace que los animales “no quieran mostrarse”. Pero cada tanto algún afortunado tiene la suerte, como atestiguan las fotos que complementan este posteo, obtenidas por guardaparques dentro del flamante parque nacional.

Más allá de este nuevo escenario, el rol del parque (y que ya tenía la reserva, aunque a menor escala) se transforma en vital en época de inundaciones extraordinarias. Cuando ello ocurre, muchos ciervos “salen” del delta buscando áreas altas para escapar del agua, y es allí cuando empiezan a aparecer ciervos en barrios privados, clubes náuticos, rutas, canchas de tenis e incluso adentro de las ciudades (Campana o Escobar, por ejemplo) a lo largo de la línea de barrancas del Paraná. El nuevo parque nacional constituye uno de los pocos lugares que tienen los ciervos (y otras tantas especies) para refugiarse en el NE de Buenos Aires durante estos eventos críticos de inundación. Cabe recordar, además, que las inundaciones extraordinarias podrían incrementar su frecuencia en los próximos años por efecto del cambio climático global.

El rol que tendrá el parque es aún más importante si se lo considera un instrumento para visibilizar a la especie y concientizar a la gente que lo visite sobre su situación. Y este tema no es menor. La puesta en valor de las especies es fundamental para generar cambios cuando su estado es delicado. Existe por ello un plan ambicioso por parte de la APN para que el ciervo tenga un rol más que destacado en la agenda del visitante, no sólo a la hora de buscarlo en el terreno sino también a partir de un nuevo centro de interpretación, folletería, cartelería, etc. Y, adicionalmente, la “publicidad” que implicará para la especie cada vez que su nombre sea utilizado para aludir a un área de enorme potencial turístico, ya sea en la región, en otra provincia o en cualquier lugar del mundo.

Felicitamos nuevamente a la Administración de Parques Nacionales por este importante paso, e instamos a todos a trabajar para que nuestro ciervo de los pantanos y el parque que lleva su nombre sean “embajadores de la conservación” en el sector de la provincia con mayor densidad poblacional de la Argentina.

Foto: Guardaparque Gonzalo Alves