by Sabrina Garcia | 3 noviembre, 2015 12:01 am
Por Sabrina García
El barrio Santa Rosa es uno de los más humildes que tiene la ciudad. Hoy ya se encuentra urbanizado pero en el tiempo en el que se crió Erica había sólo pasillos y alguna calle de tierra. No hay plazas ni espacios públicos para jugar. Ella es la menor de seis hermanos y decidió ser profesional del boxeo.
Erica “La Pantera” Farías comenzó a practicar el deporte con apenas 20 años. Hoy es campeona mundial y, a pocas cuadras del barrio que la vio nacer, dirige la Escuela Municipal de Boxeo que lleva su nombre. En esta entrevista relata el desarrollo de su carrera profesional, los desafíos y su vida en San Fernando.
¿Cómo comenzó tu carrera?
No me inicié con boxeo, empecé con la disciplina del full contact. Mi primer profesor fue quien me incentivó al boxeo. Él veía que yo tenía condiciones, la experiencia de estar arriba de un cuadrilátero y faltaba ese empujon de decir ‘explotemos lo mejor que tenés que es la continuidad de manos’.
Acepté y en el 2005 fuimos a la Federación de Boxeo juntos e inicié todos los trámites para hacerme boxeadora amateur. Tenía 20 años.
Ya hace tiempo que estoy en el boxeo, es parte de mi vida. Lo que soy como persona y boxeadora se lo debo a mi familia y al boxeo.
Hace poco Maravilla Martínez te hizo entrega de tus dos cinturones y al referirse a vos demostró una profunda admiración. ¿Qué sentiste en ese momento?
Estaba muy nerviosa, imaginate que haya venido a mi ciudad, con toda mi gente y compartir eso para mí fue emocionante. Se me mezclaron muchos sentimientos. Verlo a él tan cerca, la simpleza de persona y sobre todo que un hombre tenga admiración por una boxeadora ya que el boxeo femenino no fue muy aceptado en el mundo.
Que un gran campeón tenga ese concepto de mí como deportista, como boxeadora me llena de orgullo, me cuesta creerlo.
Ya que te metés en tema te pregunto, estás haciendo una gran carrera y la sensación es que recibe mayor difusión o cobertura periodística un boxeador con menos logros que vos ¿Existe el machismo en el deporte?
Creo que eso pasa en la mayoría de los deportes. Si no sos un olímpico no te dan tanta difusión como si sos un profesional siendo mujer. No se termina de reconocer el boxeo femenino, a nivel mundial las bolsas femeninas son inferiores a las masculinas.
No hay una boxeadora que haya peleado en una gran cartelera, en un semifondo de un Mayweather vs Pacquiao. La única vez que una boxeadora tuvo la posibilidad de pelear en una velada de esas características fue la de Maravilla Martínez con Murray pero porque fue en Argentina. Ninguna boxeadora tuvo la posibilidad de viajar y pelear en el Madison Square Garden. Jamás, es algo que sueño y que debe soñar la mayoría.
En mi país he sido muy reconocida y mimada pero sí es verdad que falta reconocernos definitivamente a las deportistas mujeres.
¿Por qué tus peleas no se ven por la televisión abierta?
Desde que me hice profesional peleo para TyC Sport, mi promotor está con ese canal y ellos televisan mis peleas. en dos oportunidades, por contrato televisivo, fueron televisadas por Fox.
Vayamos al ámbito más privado, te escuché en un nota contar que fuiste víctima de violencia de género. ¿Cómo lo viviste? ¿Cuál es el mensaje que podés dar?
Fue un episodio muy triste en mi vida que me ha dejado mucha experiencia. Hoy puedo decidir.
La persona que te lleva a vivir esa violencia te victimiza, te somete y se vuelve parte de una enfermedad. Muchos me han juzgado ‘¿Cómo podés permitir que te peguen?’, o quizás creen que por ser boxeadora me podría defender pero siempre fui consciente de que no podía reaccionar a la violencia con más violencia. Me mantuve con el perfil bajo y de no reaccionar.
A mi me hizo reaccionar el miedo, el mismo miedo que siento cuando subo a un ring. Sentirme tan cerca del peligro fue lo que me hizo decir ‘bueno, basta. No lo quiero más, no me criaron para vivir ésto’. No estaba preparada para que un hombre me golpeara. Nadie es merecedor de una violencia así.
En situaciones así hay que aferrarse a alguien cercano porque al principio cuesta abrirse, buscar ayuda psicológica, hacer la denuncia. Es paso por paso, no salís de un día para el otro. Es muy delicado.
¿Qué podría estar faltando para erradicar definitivamente este problemas de nuestra sociedad?
Mano dura no, es como decir violencia, no puede resolver nada desde ahí. Creo que seguir haciendo visible el problema, que los gobiernos tomen otras medidas. Cuando vas a hacer una denuncia tenés que demostrar que sos víctima de violencia de género, tal vez sería mejor si la ley permita ser más cuidadoso y que haya menos vueltas.
En lo profesional recibís acompañamiento de la gestión local, actualmente estás al frente de la Escuela Municipal de Boxeo, te acompañan en las peleas ¿Cómo lo vivís?
Yo cuando comencé, en este mismo lugar, era una sociedad de fomento que estaba abandonada. Con mi primer entrenador habíamos “ambientado” un gimnasio, él traía las bolsas en el auto y las colgábamos, no teníamos un ring y poníamos sillas para tener noción de la distancia de un cuadrilátero. Fue todo muy precario. No sentía ese apoyo y acompañamiento como deportista.
Desde que Luis Andreotti asumió la gestión fue un cambio rotundo: me reconoció como deportista, me brindó un espacio y hoy puedo ser un referente de mis alumnos. Nunca imaginé poder tener una escuela de boxeo con mi nombre, me emocioné muchísimo el día que se inauguró. Entré y vi un cartel enorme con mi nombre y una foto que estoy rodeada de chicos.
De chicos tenemos sueños y proyectos, ir alcanzándolos y cumplirlos es terrible. Te cuesta creerlo. Hay que sostener la humildad y pelear todos los días por tener algo nuevo, nuevas metas, nuevos sueños.
¿Cuántos alumnos tiene la Escuela Municipal de Boxeo?
Más de 100. Buscamos construir valores, si alguno llega a ser campeón del mundo buenísimo, sería el broche de oro. Pero nos interesa más sacar buenas personas.
Hay un turno a la mañana, otro a la tarde y un tercero a la noche. Ese es para adultos y es recreativo para los que estudian y trabajan. Todos pueden hacer boxeo, es el deporte más completo.
¿Por qué decís que es el más completo?
Porque no solo es lo físico, también lo psicológico, lo que te genera, terminás agotado. Muchos lo consideran un deporte violento y al contrario te ayuda a bajar.
Cuando yo era adolescente tenía un carácter muy fuerte, me decían algo y terminaba a las trompadas. El boxeo me ha cambiado, hoy sería incapaz de levantarle la mano a alguien.
Es un deporte que requiere de mucha concentración. Vos estás recibiendo golpes. Hay que defenderse, protegerse. Tenes que tener pasión para hacer boxeo.
Desde el primer día que me puse los guantes me sentí una persona totalmente libre. Yo amo lo que hago, siento una gran pasión por el boxeo.
Desde la primera pelea a las de ahora ¿cambiaron tus sensaciones arriba del cuadrilátero?
Es un escenario donde se es uno mismo, no hay ningún personaje. Querés mostrar lo mejor de vos, salen los miedos. Cambia la vida de un deportista profesional a un campeón del mundo y estando en el ring es donde demostrás todo.
Las sensaciones de miedos y nervios fueron cambiando pero esa cosita que te pasa acá (y se toca la boca del estómago) la tengo siempre y no la voy a perder nunca por más que tenga 50 peleas. Es semejante a esos nervios que te genera el primer amor. Eso me pasa desde la salida del vestuario hasta la subida al cuadrilátero.
Sos muy coqueta, te gusta mostrar tu lado femenino…
Si, totalmente. A nosotras se nos considera como machonas, vulgares y es al contrario. Tanto el boxeador hombre como la mujer son muy sensibles. Y nosotras tratamos de mostrar nuestro lado femenino para que ese concepto cambie. Somos mujeres antes que boxeadoras.
El deporte no es de hombres, es también de mujeres y no necesariamente tienen que parecerse a los hombres.
Yésica Bopp está estudiando psicología social, hay otra boxeadora que es personal trainer, Marcela estudia abogacía. La mayoría de las boxeadoras argentinas nos vamos formando y vamos creciendo. Yo estoy estudiando periodismo deportivo y me gustaría ser comentarísta de boxeo.
A veces la posibilidad de hacer una pelea mundial se da después de muchas peleas en nuestro país, a vos te llegó antes ¿A qué se debió?
Tuve una muy rica experiencia amateur, estove tres años y medio en la selección argentina y eso fue fundamental para darme esa ventaja. Yo me coroné campeona con siete peleas a nivel profesional.
Fijate que los guantes son más pequeños, de onzas más chicas, el vendaje es diferente y no tenés protección de cabezal como sí lo tenés en amateur, más cantidad de round. Todas esas cositas me dieron la valentía para dar ese salto del amateur al profesional.
Tanto con mi carrera profesional, como periodista o en la Escuela de boxeo siempre me comprometo muchísimo con lo que hago.
Hablame de los próximos desafíos. Estás estudiando periodismo, estás con la conducción del programa Sentí San Fernando…
Ya hace un año que estamos con el programa. Es una experiencia muy linda porque si bien todavía o me recibí puedo hacer esas prácticas y con un tema que también me apasiona que es hablar de San Fernando.
Soy muy agradecida a Horacio Telias, que es uno de mis profesores y que me animó a hacer el programa. Ya grabamos más de 70 programas.
Lo ve mucha gente de San Fernando, es más muchos me conocen de ahí del programa. Capaz que es gente que no le gusta el boxeo y no sabe que soy deportista y me sigue por mi otra carrera, la de periodista. Me pone muy feliz que me reconozcan eso.
Te escuché muchas veces decir que querías pelear en la cancha de Tigre…
Si, es el club de mi barrio, donde me crié. Mi familia y yo somos seguidores de Tigre, entreno allí. Quiero pelear en el club de mis amores. Me imagino en el medio del campo de juego, ahí donde siempre veo a los jugadores y yo ahí peleando. Es un sueño que quiero cumplir.
Quiero pelear en mi ciudad, hice una defensa afuera, en Europa y ahora quiero defender mi título en San Fernando. Mi gente me quiere ver pelear acá, me dicen: ‘Queremos verte en acción pero en San Fernando. Te vemos siempre por la tele, sos nuestra y no te podemos ver acá’. Y está bárbaro, quieren alentarte, darte un abrazo, estar a centímetros del ring. Confío en que el intendente (Andreotti) me va a ayudar para cumplir ese sueño.
A futuro me gustaría pelear con una de las grandes que tiene el boxeo que es Cecilia Braekhus. Es un desafío importante porque tendría que subir de categoría. Puedo perder o ganar pero lo quiero hacer, no me quiero quedar con la duda de ‘¿cómo hubiera sido?’, lo quiero hacer. Las oportunidades están, uno las tiene que ver y aprovechar.
Tenés una vinculación muy fuerte con San Fernando, naciste a pocas cuadras de esta Escuela, estudiaste en esta ciudad, te subís al ring con el tema ‘Pa delante’ de Suburbio Rock. Sos un ejemplo de superación. ¿Qué mensaje le podés dejar a todos esos pibes del barrio?
Yo vengo de un barrio muy humilde que es Santa Rosa, la vida me ha dado muchas oportunidades y yo las supe aprovechar. Nunca bajé los brazos, mis padres fueron un fiel ejemplo de la superación, con seis hijos, tenían que salir a trabajar ambos. Para que nosotros tengamos un par de zapatillas, de una vez al mes salir a comer afuera. Me emocionaba salir a cenar afuera con mi familia y capaz que íbamos a la Avellaneda, a siete cuadras de casa a comer panchos.
Mi papá a veces se iba toda la semana a trabajar a Lobos y mi mamá nos decía: ‘A bañarse y vestirse que viene su papá’, y salíamos todos con la mejor remerita para ir a Virreyes a tomar un helado.
Por más que trabajaban un motón, nunca dejaron de mirarme el cuaderno. Siempre me sentía acompañada por ellos.
Y hoy por hoy me puedo dar algunos gustos. Sigo entrando al barrio orgullosa. Todavía no pude comprarme la casa pero apunto a tener mi techo. La vida me ha cambiado. Soy feliz comiendo en Santa Rosa como en cualquier parte del mundo y eso es gracias al deporte.
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