El Winter Garden cambió el lugar para hacer deportes y el medio pelo mostró la hilacha

by Sabrina Garcia | 20 marzo, 2016 12:02 am

Sabrina García[1]


Por Sabrina García*

Como si se tratara de una escena del film Un día de furia, una historia de Relatos Salvajes, o un sketch de Capusotto, la vida de las personas toma un giro inesperado frente al cambio.

El Colegio Winter Garden, ubicado en la zona de Victoria, es conocido por algunos por su histórica expertise deportiva y por otros por ser uno de los establecimientos educativos privados laicos de la ciudad. Los alumnos que asisten a dicho lugar realizaban sus prácticas deportivas en el Club San Fernando. Y hablamos en tiempo pasado porque, comenzado el ciclo lectivo y por “diferencias económicas”, la relación entre ambas instituciones se quebró.

Hasta acá nada resulta llamativo. El punto es que, mientras uno creería que el conflicto con los padres que envían a sus hijos al establecimiento educativo podría desatarse por la falta de información, la desprolijidad en el uso de la misma (“a cuentagotas”), o la sorpresiva decisión del cambio, lo que realmente afectó en algunos (¿varios?) padres fue la elección del nuevo lugar: el Poliderpotivo N° 1.

Si bien el Colegio informó por las vías tradicionales sobre los cambios, la información se conocía de antes y circulaba por las redes sociales, principalmente por Wathsapp. “Confirmamos que la actividad de Educación Física de 3ro a 6to año continuará realizándose en el Campo Municipal N°1″, comienza la nota oficial y describe las instalaciones que posee el Polideportivo 1 a modo de explicación.

Mientras tanto, miles de comentarios del tipo “el lugar es horrible”, “los alrededores”, “está lleno de negros”, “van a estar con chicos de barrios”, circulaban por los pasillos y las vías de comunicación digitales. A muchos padres no les molestaba que a último momento se cambie el lugar para hacer deporte, les molestaba que se mezclen con otro sector de la sociedad: los otros, los invisibles, los que viven del otro lado de la vía, los pobres.

Paradójicamente, y como suele ocurrir en distintos centros educativos, la comunidad se “compromete” con cuestiones solidarias como juntar tapitas para el Hospital Garrahan, o ropa para los inundados. Es más, muchos de ellos son socios del Club San Fernando y también participan de dichas cruzadas solidarias. Algunos de esos padres por un lado muestran ese costado solidario, por el otro fueron los primeros en utilizar las opiniones despectivas y cargadas de prejuicios.

A ellos es necesario comentarles que muchos alumnos que son parte de dicha comunidad educativa y que comparten las aulas y los recreos con sus hijos, viven del otro lado de las vías. Allí, cerca del lugar donde ahora van a ir a hacer deportes. O también cabe aclarar que, aun viviendo del lado de las vías que les gusta, hay chicos del mismo colegio que han asistido a las colonias deportivas que ofrece el municipio. Estas colonias se realizan en los Polideportivos, como el N° 1 tan debatido en esta ocasión.

¿Es posible que la hipocresía nos haya tomado por sorpresa?, ¿nos sentimos orgullosos cuando hacemos caridad con el pobre y le damos la remera que ya no usamos pero le enseñamos a nuestros hijos que no se tiene que juntar son ellos?.

Aunque parezca irrisorio algunos pre adolescentes no asistieron esta semana a sus clases de educación física por alguno de estos motivos.

En un audio que circuló por las redes sociales puede escucharse la voz de un papá que comenta haber participado de una reunión con el representante legal del colegio e invita a otros padres a “ejercer presión” con los directivos. Allí expresa además que la “decisión de hacer deportes en el lugar es momentánea” según le dijeron en la reunión y agrega: “Nos garantizó todas las medidas de seguridad que emplea el Colegio, que las cámaras de seguridad, que el micro llega hasta la puerta, los bajan, los cuidan”.

El padre continuar con su relato: “Le dijimos que conocemos el día a día del lugar: las peleas que ocurren en a puerta, a veces adentro, que lo ocupan muchas escuelas secundarias públicas. En la zona de las mil viviendas hay gente trabajadora como en cualquier lado pero hay otros que no”, opinó quien se describe como docente y agregó: “Ha habido casos de alumnos de secundarios acuchillados, casos de violencia adentro (haciendo referencia a las instalaciones del Polideportivo 1).

No conforme con su mirada estigmatizante el padre dejó en claro que “yo no elegiría ese lugar para mandar a mi hijo. Es una manera innecesaria de exponerlos a ciertos peligros, que yendo a otro lugar, en otras zonas quizás no correrían”, y añadió: “Yo no voy a estar tranquilo, no van a ir mis hijos a ese lugar”. El padre asegura que lo que expresa lo dice con “conocimiento de la zona y de colegas docentes que lo utilizan habitualmente. Entonces sé de lo que estoy hablando”. Ya para este momento el audio se vuelve cada vez más difícil de seguir siendo escuchado no sólo por tanto prejuicio sino porque además el padre se define como docente.

“Tanta seguridad es justamente por los muchos sucesos que suceden a diario. Que tiene que ver con los chicos y la sociedad en la que estamos viviendo”, sostuvo el padre. Uno esperaría que en ese momento de crítica hacia la sociedad pueda hacer una pequeña reflexión sobre su mirada hacia los otros pero sin embargo agregó: “El director nos dijo que sería bueno que los chicos convivan con otras clases sociales y yo le dije que esa educación se la damos desde casa y la íbamos a evaluar nosotros en que ámbito se la vamos a dar, en qué momento nuestros chicos van a estar con otras clases sociales”. Como si fuera un experimento antropológico. Ni Peter Capusotto podría atreverse a tanto con su personaje de Micky Vainilla. Eso sí, todo se expresa en un tono monocorde y apacible.

Independientemente de este ejemplo puntual, es necesario y urgente que, como sociedad hablemos de valores, de integración social, de respeto, de no discriminación. Algunos por ignorancia terminan repitiendo las mismas miserias de aquel que tiene una opinión formada de la sociedad, al mejor estilo Donald Trump.

Para cerrar esta nota nada mejor que la definición de medio pelo empleada por Arturo Jauretche: “En principio, decir que un individuo o un grupo es de medio pelo implica señalar una posición equívoca en la sociedad; la situación forzada de quien trata de aparentar un status superior al que en realidad posee”. 

* Sabrina García. Periodista. Directora del portal de noticias www.sanfernandonuestro.com.ar. En Twitter @garciasabri

Endnotes:
  1. [Image]: https://www.sanfernandonuestro.com.ar/wp/wp-content/uploads/2015/08/DSC06129-e1439523731194.jpg

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