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‘El Silencio’, la sede de la ESMA en el Delta está judicializada pero denuncian que está habitada
Por Sabrina García
‘El Silencio’ fue un predio en el Delta utilizado como centro clandestino de detención en 1979 cuando organismos internacionales de derechos humanos visitaron la ESMA.
En septiembre de 1979 la CIDH visita la ESMA. Para evitar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos descubriera que el gobierno militar tenía personas secuestradas, realizaron una serie de reformas edilicias en el Casino de Oficiales de la ESMA y trasladaron a los secuestrados a la quinta ubicada en Arroyo Tuyuparé del Delta sanfernandino conocida como ‘El Silencio’.
“A pesar de que el predio está judicializado se observan mejoras en la propiedad, una embarcación y un tractor y hasta una antena de Direct TV que indicarían que la casa se utiliza habitualmente”, indicaron desde la Biblioteca Genoveva en una publicación en las redes sociales.
Según publicó El Argentino en marzo del 2016, a partir de una visita de los sobrevivientes al predio, el Juzgado Federal de Sergio Torres, a partir de la inspección pesa una medida de no innovar sobre el predio. Tal como prueba la foto, la medida claramente fue avasallada.
El silencio
En Tuyuparé y Chaná Miní se esconde una historia, tan dolorosa que 40 años más tarde cuesta que salga a la luz. Será que el terror la ocultó como borrándola del tiempo y aún hoy cuesta recordar.
El lugar elegido por el grupo de tareas de la ESMA para esconder a los detenidos era una típica casa del delta: los pilotes elevan la propiedad de madera para que la sudestada pase sin ingresar a la vivienda, el monte, el muelle y el río.
Había tres grupos de detenidos: uno integrado por 23 personas fue sometido a trabajo esclavo y a la refacción completa de la casa; el segundo cortaba madera de álamo y recolectaba formio; el tercero vivía encerrado entre los pilotes que sostenían la casa, con el piso de la casa de madera como techo y el barro como piso. Sólo se podía respirar humedad.
El Silencio se encuentra en medio del delta de San Fernando. Desde el retorno de la democracia tres intendentes han estado al frente del ejecutivo local. Ninguno propuso hacer de la casa destinada al secuestro y tortura un sitio histórico de la memoria. Es más, en los relatos oficiales de la ciudad ninguno hace mención a ese rincón de la historia.
El Silencio es más que un sitio histórico, es una postura frente al pasado reciente. El temor o terror calla a los isleños y oculta a los del continente la historia.