El lado oscuro de FATE: las tercerizadas

Por Lorena Rebella*

Con un título tan sugerente como este arranca la nota que escribieron días atrás para el diario La Izquierda Diario, Victor Ottoboni y Enzo Pozzi, trabajadores de la reconocida fábrica del neumático de San Fernando, referente de la histórica lucha de 2007 el primero y delegado de su sector el segundo.

Poniéndonos en tema

Hace unas semanas un nuevo despido ocurría en una de las tantas empresas tercerizadas que tiene FATE en su propia planta, los “Talleres Lilo”. Mauro Rollhaiser, el trabajador despedido, tenía actividad sindical, quería cambiar las malas condiciones de trabajo y osó reclamar el pago en tiempo y forma de los salarios. Los trabajadores denuncian que este caso no es aislado ni el único.

Al interior del tradicional y extenso predio que la firma, propiedad de los Madanes, ocupa en Victoria –y además, al interior del proceso productivo mismo– existen muchas empresas tercerizadas. IMMI, LILO, O&S, Limpia, Vamuza, ISS, Aramark, entre otras, brindan a FATE su “servicio”, es decir, reunir en total la contratación de más de trescientos trabajadores en condiciones inferiores a los que son empleados directamente por esta empresa del neumático. Ellos, los tercerizados, cobran la mitad –o muchas veces menos todavía– que cualquier operario medio de FATE, a veces realizando la misma tarea o similares; no cuentan con ningún tipo de derecho sindical ni representación alguna; la mayoría no tienen acceso al comedor, ni al beneficio de la llave para la máquina de café en los descansos; tampoco poseen derechos plenos en el uso de los micros de FATE: a los contratados se los lleva cuando hay lugar; si está lleno tienen que cederle su asiento a los efectivos o no se les permite volver a subir.

Acuarela viva de la tercerización

En una carta repartida por el propio Mauro, y publicada también en ese mismo diario, leemos acerca de las condiciones de trabajo que padecen cientos de obreros bajo esta “normal” forma de contratación en las tercerizadas de FATE: Ni la chapa de aluminio que hace de mesa a la cual algunos compas se toman el trabajo de limpiar diciendo que hay que mantener la dignidad, ni tampoco el problema se basa en el horno de electrodos donde se calientan los tapper que guardan sobras de la noche anterior. Tampoco compañeros es el problema el vestuario, que no tiene limpieza alguna y que nos fue dado cuando nos corrieron del vestuario de FATE con el argumento de que había robos y la respuesta a eso fue sacar a los contratados de ahí. Ni cuando nos bajaron de los micros. Ni cuando nos sacaron el estacionamiento (…) En FATE hay muchas tercerizadas y somos más de 300 trabajadores que estamos en estas condiciones seamos de la empresa que seamos.

El negocio redondo de maximizar ganancias y dividir trabajadores

Conocidos como “los contratados”, desde los años 90 existen en la Argentina millones de trabajadores que bajo esta modalidad de contratación son la mano de obra de las mayores ganancias empresarias. La tercerización laboral además de resultar provechosa en cuanto a maximizarlas al reducir costos en salarios, condiciones de trabajo, derechos sindicales y sociales, tiene otro impacto que es el de la división de las filas de los trabajadores, conocida como efectivos por un lado y contratados por el otro.

Queda en los trabajadores efectivos asumir el reto de reclamar los derechos de sus pares en peores condiciones. Pues, en última instancia, de esta clase de unidad resultará la fortaleza que ellos mismos necesitan para encarar reclamos y resistir los ataques que desde el gobierno y las patronales más pronto que tarde vendrán. Un sector de los llamados “de planta”, como los mencionados al principio de la presente nota de opinión, vienen asumiendo este reto: desarrollan, entre sus propios compañeros de planta, la campaña por la reinstalación de Mauro en su puesto de trabajo. Más que una buena noticia y ejemplo.

(*) Lorena Rebella. Docente de San Fernando. Militante de la Corriente Nacional 9 de Abril | Frente de Izquierda