OPINIÓN

Caso Braian Fillip: estremecedores relatos de los testigos durante el primer día del juicio

Por Sabrina García

Aquel 31 de enero la noticia nos sacudió a todos. Un homicidio a las 8.30 de la mañana (aproximadamente), en pleno Victoria, sin intento de robo. Así, a sangre fría. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién le quitó la vida a aquel joven, papá de una niña de 3? ¿Cuál fue el móvil?

Todos esos interrogantes fueron encontrando respuesta los días que siguieron: un hombre de nacionalidad venezolana que lo sigue por varias manzanas alrededor del casco de Victoria; las persecuciones; el dato que había dejado el país y el raid por el cual estuvo en Escobar, San Isidro y José León Suarez, escapando en auto y tren, descalzo porque en la corrida perdió una zapatilla. Esos detalles volvieron el caso cada vez más complejo porque mientras avanzaba la causa aparecían otros actores que volvían el escenario cada vez más cruel.

Dos años y casi ocho meses más tarde el recuerdo vuelve a escena. En los tribunales de San Isidro, los imputados Belisario Bolívar Roswil Nelson y Luis María Lemez son juzgados por los magistrados Esteban Andrejin, Ariel Introzzi Truglia y Julieta Makintach.

Días previos al inicio del debate, Loredana, mamá de Braian Fillip, por primera vez se muestra inquieta. Está nerviosa. Finalmente el día llegó y los nervios no cesan. Hace una hora y media que espera que comience el debate. En la mesa de apoyo hay dos vasos vacíos que supieron contener al café de la mañana, una botella de agua y el cuaderno que la acompaña a todos lados. Allí lleva sus propios registros. La tragedia la obligó a aprender de leyes, de tiempos procesales y de juzgados.

Belisario ingresa esposado, al igual que Lemez. Tiene puesto un jeans rasgados, unas zapatillas azules, camisa y camperita haciendo juego. Luce un corte de pelo prolijo y reciente. Saluda con voz fuerte, observa a cada uno de los que allí se encuentra. Se abre el abrigo y saca unas hojas que utilizará a lo largo del debate para hacer anotaciones y comentárselas a su abogado. Por momentos se ríe, frunce el ceño y observa todo, incluso a la familia de la víctima, como si él no fuera protagonista.

Lemez, por su parte, tiene un estilo más casual. Mira a un punto fijo o baja la cabeza. Con cierto pesar por estar allí. Casi no dialoga con su abogado y en ningún momento cruza miradas con el otro imputado ni con la querella.

Comienza el debate con el testimonio de Loredana, le siguen sus otros hijos: Camila y Matías. La mamá de Braian volvió a repasar cada segundo de aquella mañana, agregando detalles sobre la relación de su hijo con Sofía, el “dolor” que tuvo que vivir para que le dieran el derecho de conocer a su hija y las trabas para ejercer esa vinculación.

Aparece reiteradamente Enrique Zunino, el padre de Sofía que sentía “odio” por Braian desde que la joven quedó embarazada. Son múltiples los hechos en donde se ve reflejado ese sentimiento negativo en donde, según la testigo, no escatimó en amenazas, perimetral y disputa por la tenencia de la menor.

Esa mañana Braian se mudaba al departamento que había alquilado. La noche anterior lo fue a conocer Sofía y A. (evitaremos usar el nombre para preservar a la menor), la hija de ambos. Fueron a celebrar y volvieron a dormir al departamento que la víctima compartía junto a su mamá.

“Que casualidad que ese día en el que mi hermano se iba a mudar para formar su familia junto a Sofía y A., lo matan”, analiza Matías, hermano de la víctima.

A Braian ese día lo siguieron en dos vehículos, un Fiat 147 manejado por Belisario y un Fiat Siena manejado por Lemez. Así quedó registrado en las imágenes de cámaras que aportaron vecinos y el Centro de Monitoreo del Municipio.

Al dejarla a Sofía en la estación algo hizo que Braian detuviera el auto. “Encendido, con balizas, el aire prendido, la ventanilla del acompañante baja y el estéreo en mute”, explicó otro testigo. Al descender un hombre con buzo oscuro y capucha puesta le disparó dos tiros. Uno de los testigos aportará el dato de que la víctima llegó a decir: “No, no, no” casi implorando que no lo maten.

Allí Loredana se quebró. Saber cuáles fueron las últimas palabras que dijo su hijo antes de ser acribillado perforan cualquier corazón. Esa mujer que “destruida pero en pie” sigue el proceso con entereza no pudo evitar quebrase. Impávido los imputados siguieron el relato. Belisario seguía haciendo anotaciones.

El resto de los testigos coincidieron en el auto 147 color negro que siguió camino, tras los disparos, hacia San Fernando por la arteria Lavalle.

Sofía nunca más preguntó por la causa. Su padre, Enrique Zunino, aunque es investigado y fue allanado, está en libertad. La hija de Braian mira al cielo y pregunta “cuando vuelve mi papá, lo extraño”, cuenta Loredana. Toda la familia se rearmó, como pudo, para estar allí, sosteniendo un debate para poder darle Justicia a Braian Fillip.

El debate continuará, en principio, hasta el 10 de septiembre. Se espera que se presenten más de 100 testigos.


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