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Cáncer de colon: aumentan los casos en menores de 50 años
Es el segundo cáncer de mayor mortalidad en nuestro país y afecta a hombres y mujeres en porcentajes casi similares. En el consultorio se detectan cada vez más casos de esta enfermedad en pacientes jóvenes.
El cáncer colorrectal (CCR) es el tumor maligno que se desarrolla en la última porción del tubo digestivo, es decir, el intestino grueso, compuesto por el colon y el recto, y se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios y ambientales. En más del 80% de los casos, aparece primero un pólipo (un crecimiento anormal de las células de la pared interna del intestino grueso) llamado adenoma, que puede crecer lentamente durante más de 10 años y puede, eventualmente, transformarse en un cáncer colorrectal. Esta lesión precursora lo transforma en uno de los tumores más prevenibles ya que, detectado a tiempo, se cura en el 90% de los casos.
Argentina es uno de los países más afectados: cada año se descubren más de 13.000 casos y “mueren casi 7.000 personas (es el segundo cáncer de mayor mortalidad en el país), es decir, 20 personas por día a causa de esta enfermedad”, detalló el doctor Luis Caro, médico especialista en gastroenterología y director general de Gedyt (Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica). Y no sólo afecta a hombres, sino también a mujeres casi en el mismo porcentaje.
Si bien la mayoría de los casos de CCR se dan en personas mayores de 50 años, el caso esporádico (es decir, sin que aparentemente exista ningún factor que favorezca su desarrollo) parece no ser tan excepcional: se están detectando ciertas tendencias que indican un aumento de la incidencia de este tipo de cáncer en jóvenes adultos menores de 50 años (edad en la que arrancan los controles de prevención de esta enfermedad).
Según un estudio del MD Anderson de Texas -el hospital oncológico más importante de Estados Unidos- publicado en 2014 en un artículo (“Colorectal cancer alarm: rates rising in young adults”) en Medscape, una de las más prestigiosas bibliotecas médicas del mundo, la tasa de incidencia de este tipo de cáncer está creciendo en el grupo de jóvenes adultos de 20 a 34 años y se espera un aumento específico de un 38% para el año 2020, mientras que en el grupo de 35 a 49 años la progresión será de un 27%.
Un artículo (“Why is colorectal cancer targeting the young?”) publicado en enero de este año también en Medscape se centra en analizar el aumento de estos casos: “Por razones que no entendemos completamente, la incidencia en Estados Unidos y otros países desarrollados de cáncer colorrectal en menores de 50 ha ido aumentando a un ritmo increíble”, indica el doctor Tom Weber, investigador académico de la Sociedad Americana del Cáncer.
En nuestro país, ya hay médicos que están detectando estas tendencias en el consultorio. El doctor O’Connor, del Fleming, afirmó que, aunque no hay estadísticas en nuestro país que acompañen esta percepción, en los últimos cinco años se registra un aumento en este grupo de edad. “Es lo que nos sucede en la práctica y uno podría extrapolar los datos que surgen de estudios en Estados Unidos. Nosotros también vemos un aumento en la incidencia en personas jóvenes, aunque no podemos dar un porcentaje porque no tenemos estudios. Esto no nos sucedía antes, o por lo menos no teníamos datos tan concretos”, explica.
No hay una causa definida que pueda explicar este aumento de la incidencia. Para O’Connor, “aparecen distintos factores: ambientales, genéticos, cambios de alimentación y ejercicio, incidencia de otras enfermedades también tengan impacto… Pero son múltiples los factores asociados con este problema”. Y agrega: “Lo más importante es la concientización y el hecho de contar con información, que es lo que hace que uno pueda hacer la consulta en forma más temprana: el objetivo es que uno pueda detectarlo antes de que aparezcan los síntomas”.
El doctor Juan Pablo Muñoz, médico especialista en coloproctología y cirujano del Hospital de Gastroenterología Dr. Carlos Bonorino Udaondo, manifestó: “Nuestra impresión es que vienen cada vez más pacientes jóvenes con cáncer de colon. Es muy importante que desde el Gobierno se le de mucha importancia a las estadísticas y a la prevención desde las entidades, principalmente, desde el Instituto Nacional del Cáncer”.
Ubaldo Gualdrini es médico del Hospital Udaondo y Coordinador del Programa de Prevención y Detección Temprana del Cáncer Colorrectal del Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, también ve este aumento de la incidencia en personas jóvenes en el consultorio, aunque “tendríamos que ver cuántos de esos pacientes tienen antecedentes familiares o carga genética que desconocen y no los alertaron los médicos”. Sin embargo, comentó que “hace falta más evidencia científica para que esta tendencia modifique los programas de prevención que existen en el mundo, que inician su pesquisa a partir de los 50 años”.
“Igualmente tenemos que pensar que, tanto en Argentina como en el mundo, se está dando una transición epidemiológica, lo que significa que tendremos a una población más envejecida, ya que disminuyeron los índices de natalidad y aumentó la expectativa de vida; por lo que vamos a tener un mayor número de personas que estarán más expuestas a la aparición de este tipo de enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas, el CCR. Por lo tanto, si pensamos que en las próximas dos décadas en el país, la población que ingresaría en un programa de pesquisa a partir de los 50 años aumentará casi en un 50% (de 8 millones a 11.5 millones), esta será la población más vulnerable y la que vamos a tener que atender”, detalló Gualdrini.
La prevención temprana, la clave
De todas maneras, y a pesar de lo anterior, se considera que el principal factor de riesgo del cáncer colorrectal (es decir, aquello que afecta o aumenta la probabilidad de que alguien padezca la enfermedad) es la edad avanzada, esto quiere decir que las probabilidades aumentan significativamente a partir de los 50 años.
Mientras que el 75% se desarrolla en la población general, es decir, sin factores hereditarios que incrementan su riesgo, un 25% se registra en personas con antecedentes propios o familiares: estos grupos de mayor riesgo deben ser controlados de manera diferente, ya que necesitan hacerse exámenes periódicos.
Se aconseja incorporar hábitos más saludables para prevenir la enfermedad: “Algunos de ellos son consumir vegetales, frutas y demás alimentos ricos en fibra, no excederse en el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal, comer alimentos ricos en calcio, evitar el sobrepeso, realizar ejercicio y evitar el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco”, opinó Caro, y agregó: “la carne asada es uno de los enemigos de este tipo de cáncer. La clave para seguir disfrutando de nuestros asados en familia es cocinarlo con el carbón plenamente encendido: hay que evitar el efecto ‘ahumado’ que se logra con las brasas a medio prender”.
A la hora de hablar de detección temprana, la recomendación para la población general (sin riesgos específicos) es realizar un estudio diagnóstico cada 5 años a partir de los 50. Uno de los más importantes para el diagnóstico es la colonoscoscopía, que le permite al médico examinar el colon o intestino grueso. Dependiendo del caso, también se pueden usar las pruebas de sangre oculta en heces, la colografía por tomografía computarizada (también conocida como “colonoscopía virtual”) y la cápsula endoscópica.
Si bien el cáncer colorrectal es asintomático (por eso se dice que es una enfermedad silenciosa), cuando está en un estadio avanzado puede presentar síntomas de molestia en el abdomen, cambios en los hábitos intestinales o sangre muy oscura o roja intensa en la materia fecal. Sin embargo, estos indicios son los mismos que presentan otras problemáticas que no tienen que ver con el cáncer y que son extremadamente frecuentes, como las hemorroides o el síndrome de intestino irritable (llamado comúnmente colon irritable). Por eso, el doctor O’Connor insiste que, “en la mayor parte de las personas jóvenes, la presencia de los síntomas están relacionados a trastornos funcionales del intestino, y no a una patología orgánica como el cáncer. Por eso, la recomendación para hacerse los estudios empieza a los 50 años”.
Fuente: Sabrina Díaz Virzi para Entremujeres