by Valentina Frare | 11 mayo, 2023 10:24 am
Por Valentina Frare
Al momento del secuestro, el jerarca nazi Eichmann se encontraba viviendo en Garibaldi 6067, bajo el nombre de Ricardo Klement, y trabajaba como gerente en la automotriz Mercedes Benz.
Tras la Segunda Guerra Mundial fueron varios los líderes nazis que lograron refugiarse en tierras argentinas. Entre los más conocidos se encuentran; Josef Mengele, “el ángel de la muerte”; Eduard Roschmann, el “carnicero de Riga”; Erich Priebke, “el verdugo de las fosas Ardeatinas”; y finalmente “el arquitecto del Holocausto”, Adolf Eichmann.
Elegido por sus pares como “responsable de la cuestión judía”, se convirtió en un experto, aprendió a hablar yiddish y en 1938, tras la anexión de Austria, fue responsable de expropiar los bienes de 150 mil judíos, una acción que le valió el ascenso al grado de teniente coronel.
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Durante el Holocausto, Adolf Eichmann coordinó las deportaciones por tren de judíos europeos hacia los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka, Sobibor, Chelmno, Belzec y Madjanek, donde en un año fueron asesinadas casi dos millones y medio de personas.
Tras la caída del Tercer Reich, Eichmann vivió cinco años escondido en una aldea haciéndose pasar por granjero. En 1950 ingresó a la Argentina con la ayuda de la Cruz Roja y de miembros de la iglesia católica que le dieron pasaporte y cobertura. Según aquella nueva documentación, el nazi tenía 36 años de edad, y no sus 43 años reales. Vivió en Tucumán y en Vicente López, antes de radicarse en San Fernando, más precisamente en Garibaldi 6067, a metros de la ruta 202 y las vías del Tren Mitre (Bancalari). Para entonces ya se había reencontrado con su esposa Vera, quien seguía usando el apellido Eichmann y sus cuatro hijos.
En esa modesta casa, construida por él y sus hijos durante los fines de semana con su sueldo de gerente, vivió hasta 1960 cuando agentes del Servicio de Seguridad Israelí (Mossad) deciden seguir una pista brindada por Lothar Herrman, padre de Sylvia Herrman, quien había iniciado una relación de semi noviazgo con Klaus Eichmann, el hijo mayor del ex Adolf.
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Tras evaluar los intentos fallidos de extraditar a integrantes de la maquinaria nazi y, con el aval del gobierno israelí, decidieron evitar la vía legal y planificaron una operación denominada “Operación Garibaldi” que debía ejecutarse en ilegalmente para que Israel pudiera juzgar dentro de sus fronteras los crímenes del Holocausto.
En el libro “La casa de la Calle Garibaldi”, el entonces jefe del servicio secreto israelí, relató la versión oficial del operativo, que comenzó con la llegada de una delegación oficial que viajó a la Argentina para celebrar el 150 aniversario de la Revolución de Mayo.
Tras un periodo de investigación, el Mossad sorprendió a Eichmann un 11 de mayo cuando arribaba a su domicilio: “Un momentito señor”, le dijo en un español forzado uno de los agentes antes de lanzarse sobre el falso Ricardo Klement. Tras el secuestro, “el arquitecto del Holocausto” fue mantenido prisionero durante diez días en una casa de seguridad y llevado en un avión comercial de la línea El Al, vestido como piloto.
La acusación presentó quince cargos contra Eichmann, para considerarlo culpable de, entre otros delitos graves, crímenes contra el pueblo judío, crímenes de lesa humanidad y pertenencia a una organización hostil. La mayor parte de esos cargos no fueron siquiera discutidos. Un centenar de testigos reveló los horrores del Holocausto y la participación de Eichmann en ellos.
Eichmann fue ejecutado el 1 de junio de 1962, en la prisión de Ramla. Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas arrojadas fuera de las aguas jurisdiccionales de Israel, desde un buque de guerra y ante algunos sobrevivientes del Holocausto. Se trata de la única condena a muerte dictada por el estado de Israel desde su fundación, en mayo de 1948.
Fuente consultada: Télam
Source URL: https://www.sanfernandonuestro.com.ar/wp/adolf-eichmann-63-anos-del-inedito-secuestro-del-lider-nazi-en-nuestra-ciudad/
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