OPINIÓN
Estrategias para universidades exitosas
Mientras avanza en el Congreso el proyecto para la creación de una universidad pública en la zona norte, compartimos desde San Fernando Nuestro este posteo de una especialista que sostiene que una mayor oferta universitaria no se traduce necesariamente en un mayor acceso. Para eso es necesario aplicar algunas estrategias centradas en los primeros años de las carreras, que van desde infraestructura adecuada y material didáctico hasta un mayor número de docentes con dedicaciones semi-exclusivas o exclusivas.
Por Ivana Zacarías*
El Congreso aprobó la estatización de la Universidad de las Madres, la nacionalización de la Universidad de Ezeiza y la Universidad Pedagógica, la creación de la Universidad de Comechingones en San Luis, y el otorgamiento al IUNA de rango de Universidad. Asimismo, la Cámara de Diputados dio media sanción para la creación de cuatro nuevas universidades: Guillermo Brown (Almirante Brown, Buenos Aires), Alto Uruguay (Misiones), Rafaela (Santa Fe) y Raúl Scalabrini Ortiz (San Isidro, Buenos Aires).
No es sorpresa que el sistema de educación superior necesite expandirse, en un contexto de mayor terminación del secundario, de retraimiento de la economía (que empuja a optar por el estudio) y de alta presión social por realizar una carrera universitaria. Por el contrario, bajo estas condiciones, uno estaría más bien predispuesto a cuestionar un estancamiento en la expansión de la oferta.
Sin embargo, una mayor oferta no se traduce necesariamente en un mayor acceso. La evidencia nos muestra que cerca del 70% de los estudiantes que se matriculan en la universidad fracasan en el ciclo de ingreso o durante el primer año de la carrera. Generalmente, quienes son expulsados son, entre otros, aquellos que tienen o han asistido a una escuela secundaria de baja calidad, que son primera generación de universitarios y/o que tienen la necesidad de trabajar durante todo el día.
Garantizar un acceso efectivo al conocimiento requiere de diversas intervenciones. La expansión de la oferta en áreas desfavorecidas es, por cierto, fundamental. Pero también es importante ir más allá, y proponer mejoras institucionales y pedagógicas desde las mismas universidades.
Si el objetivo es brindar mayores oportunidades, el foco debe estar en los primeros años. Es importante que los mejores docentes tengan incentivos en enseñar en las primeras materias de la carrera: a contramano del espíritu democrático de nuestra legislación, suele ser más prestigioso investigar que enseñar, y enseñar en los niveles superiores (últimos años de las carreras y posgrados) que al inicio.
Darle centralidad a los primeros años también significa asignarle mayor presupuesto: infraestructura adecuada, material didáctico y un mayor número de docentes con dedicaciones semi-exclusivas o exclusivas, de modo que puedan dedicar suficiente tiempo para planificar las clases, crear diferentes experiencias de aprendizaje y monitorear regularmente los progresos de los estudiantes (algo que va asociado a más horas dedicadas a corregir tareas, evaluaciones o trabajos prácticos, o a ofrecer clases de apoyo o tutorías virtuales, etc).
Para evitar un alto nivel de fracaso y deserción, también es necesario ofrecer diversos trayectos formativos: no todos los estudiantes que asisten a una universidad quieren realizar una carrera de grado; la oferta de títulos intermedios y de tecnicaturas es, en este sentido, una respuesta más apropiada, en particular en sectores que requieren de una rápida salida laboral.
Las estrategias que cada universidad puede implementar son numerosas. Las nuevas universidades no deberían desaprovechar la oportunidad de avanzar desde el inicio en estas cuestiones, y evitar que en pocos años una gran cantidad de matriculados se vaya, otro tanto transite su carrera durante más años de lo deseable, y que sólo un pequeño grupo termine sus estudios.
Si queremos avanzar en oportunidades para los estudiantes más desfavorecidos, no sólo se trata de mejorar la oferta en términos de infraestructura y locación, sino también en calidad pedagógica, de modo de generar las condiciones para que quienes ingresan a la universidad también logren acceder al conocimiento y graduarse.
* Master en Educación de Harvard e Investigadora de USAM
Fuente: Bastión Digital
Estoy de acuerdo en un 100%. Es fundamental acompañar a los estudiantes de los primeros años de carrera de manera prioritaria. Debe haber un acento decidido en estrategias pedagógicas, tutorías, seguimientos personalizados, etc. Si no, nos quedamos en las buenas intenciones… nada más.