OPINIÓN

Biblioteca Madero: entre la mentira y la verdad

Alejandra Murcho

Por Alejandra Murcho*

Estar al frente de una institución o formar parte del equipo que la administra significa en primer término una gran vocación de servicio, el deseo de servir a la comunidad y el enorme placer de “dar” y de “hacer”. Lógicamente estos principios, que definen a las personas que brindan su tiempo y saberes en forma gratuita, deben ir acompañados de una gran cuota de responsabilidad. De esta forma puedo definir mi paso por la Biblioteca y Museo Popular Juan N. Madero, todo mi accionar en ella fue inspirado en estas premisas, siempre en la búsqueda de resultados satisfactorios sin olvidar el objetivo de la institución en cuanto a la cultura y educación popular.

Mi nombre ha sido uno más en la larga lista de presidentes, teniendo el honor de haber sido la primera mujer en integrarla. Tomé el cargo con grandes expectativas y también con un cúmulo de cuestiones heredadas por resolver, lográndose concluir varias y encauzar a otras. No hablo de “pesada herencia” sino del devenir de la vida institucional. Toda nueva comisión recibe la continuidad de conflictos no resueltos o en vías de solución que deja la comisión saliente y deja temas pendientes a la que la sucederá. Por ello no cabe la difamación, el echar culpas a los antecesores ni mucho menos desdibujar la realidad con mentiras. Afirmo esto último porque según versiones que circulan se estaría usando mi nombre y mi gestión para desprestigiarme ante a los vecinos.

Esta situación surgió luego del fracaso de las actuales autoridades, que en un burdo intento por sacarme del listado de socios, se negaron a cobrarme las cuotas societarias, debiendo intervenir un escribano para poder abonarlas. Pongo a disposición de la próxima Asamblea Ordinaria las pruebas de expresado.

En estos momentos se me adjudica una grave situación económica derivada de mi gestión, debo aclarar que solamente en la cuenta corriente que la biblioteca posee en el Banco Provincia de la Buenos Aires sucursal San Fernando, al 30 de enero de 2015, día en que finalizó mi mandato, existía un monto de $128.803,30 (Falta detallar el efectivo existente en las cajas de la biblioteca). Pongo a disposición de la próxima Asamblea Ordinaria la documentación que avala lo expuesto.

El ejercicio 1º de mayo de 2014 al 30 de abril de 2015, según arqueo del primer día hábil de mayo de 2015, debería dar un superávit de aproximadamente $ 130.000. Uso el modo potencial porque han transcurrido 15 meses de la última Asamblea Ordinaria sin presentación de los estados contables (balance) ni llamado para la renovación de autoridades.

El desprecio por la historia de la institución, el abandono de actividades culturales y la usina de rumores ponen en duda la vocación de servicio de sus directivos a quienes, al parecer, una ínfima cuota de poder los acerca más a la improvisada extravagancia que al sentido cultural, abierto y solidario, al que había alcanzado esta centenaria institución.

(*) Alejandra Mercedes Murcho. Expresidente Biblioteca Madero. Escritora


  1. gaby
    gaby 13 mayo, 2016, 10:34

    yo diría, es que las botas no son para cualquiera. no todo el mundo puede estar a la altura de las circunstancias. no todo aquel que cree que por pintar un cuadrito, puede estar convencida que puede presidir tamaña institución. pero no termina ahí la situación, ademas del maltrato que ejercen, abusos de poder …… nuestra biblioteca ya no es lo que era. esa institución orgullo del distrito, pero como todo en la vida sucede, esto también sucederá. algún día la verdad saldrá a la luz y esta gente se tendrá que ir de patitas a la calle, o la cárcel no se dos dira.

    Reply this comment

Escribí un comentario

Tu e-mail no será publicado.
Los campos obligatorios están marcados con*


1 + 4 =